El Perú virreinal

miércoles, 16 de febrero de 2011

El Perú virreinal y el ciclo de la plata
 
Por las Capitulaciones de Toledo, que Pizarro había firmado con la corona española en 1529 se establecía que éste podía gobernar en nombre del Rey todas las tierras al sur (hasta 250 leguas) de Tumbes. posteriormente el otro líder conquistador, Diego de Almagro, obtendría el mismo estatus en los territorios al sur de la gobernación de Pizarro. Sin embargo el límite estaba cerca del Cuzco, lo que hizo que uno y otro bando reclamaran la posesión de la capital del Imperio incaico. Ello fue el inicio (1538) de una larga etapa de luchas intestinas entre los conquistadores, donde no sólo se disputaron territorios sino derechos (encomiendas) y privilegios, a veces sólo entre ellos, a veces contra la corona.
La Corona española finalmente impone su autoridad estableciendo que el Perú sería un Virreinato de España. Así se estableció una corte en Lima donde los Virreyes gobernaron ininterrumpidamente buena parte de Sudamérica entre 1544 y 1821. A partir del último tercio del siglo XVIII se fueron creando nuevos virreinatos con territorios escindidos del virreinato peruano.

 

La sociedad virreinal era conservadora y clasista. Los hijos de españoles nacidos en América (los criollos) tenían en un principio menor estatus que los propios españoles, y estaban impedidos de acceder a los más altos cargos. Debajo de ellos, en la escala social, estaban los indígenas y los mestizos. Sólo los curacas andinos conservaron parte de sus antiguos privilegios y merecieron instituciones especiales como escuelas para hijos de nobles. Se importaron esclavos de África Ecuatorial y fueron colocados en el último escalón de la sociedad.

Algunas instituciones incas fueron mantenidas pero corrompidas en perjuicio de la población andina. La mita, por ejemplo, se usó de excusa para el reclutamiento sin retribución de personal para el trabajo en las minas y las haciendas. Pero no fueron los únicos problemas de los andinos: Durante el gobierno del Virrey Francisco de Toledo (1569-1581) se hizo reorganizaciones forzosas de las comunidades andinas en pueblos llamados reducciones de indios. Además la religión católica fue impuesta a la población andina en medio de una agresiva evangelización caracterizada por la destrucción sistemática de santuarios y símbolos religiosos (Extirpación de idolatrías).


El mercantilismo imperaba y el libre comercio no fue permitido sino hasta mediados del siglo XVIII, lo que no impidió la existencia del contrabando de manera abundante. El centro comercial por excelencia era la aduana del Callao, puerto de Lima, desde donde se enviaba a España (vía Panamá) la plata extraída de las minas de plata de Potosí. De hecho fue la extracción de metales la actividad económica más lucrativa de la economía colonial pero fueron importantes también la agricultura (en grandes heredades controladas por ricas familias y órdenes religiosas) y la industria textil (obrajes).
Desde los tiempos de los conquistadores se fundaron nuevas ciudades algunas de las cuales alcanzaron un gran esplendor registrado en la riqueza de sus templos, como Arequipa, Huamanga (Ayacucho), Huancavelica, Trujillo, Zaña y las refundadas ciudades incas de Cuzco y Cajamarca.

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